Si eres un apasionado de la naturaleza y te maravillan los paisajes llenos de color, no dejes pasar la oportunidad de visitar los impresionantes campos de girasoles que se extienden por toda España. Estas increíbles extensiones de flores doradas son un verdadero deleite para los sentidos y ofrecen una experiencia turística que no puedes perderte.
Para rodearte de la belleza de estas flores de tallos gruesos y vibrantes colores, (que alcanzan alturas de hasta 3 metros), te llevaremos de paseo por los diez más bonitos. Ten en cuenta que estos campos alcanzan su máximo esplendor durante el mes de agosto y el otoño, cuando el sol brilla con intensidad y las pipas se recolectan como fruto de este proceso. ¿Todo listo? ¡Vamos!
1. La Bureba, Burgos

Si quieres visitar campos de girasoles, no te pierdas la ruta de la Bureba, en Burgos. Partiendo desde Briviesca, puedes recorrer en coche la encantadora comarca hasta llegar a Poza de la Sal. El paisaje amarillo intenso te indicará el lugar exacto donde detenerte, para poder caminar entre los senderos rodeados de flores.
Pero la Bureba tiene mucho más. Esta comarca, apreciada por sus bonitos pueblos, alberga destinos medievales y pintorescos. Descubre su patrimonio, del que destaca la colegiata Santa María la Mayor y el monasterio de Santa Clara.
2. Cardejón, Soria

No te pierdas la espectacular floración en Soria, especialmente en la encantadora localidad de Cardejón, ubicada en la comarca de Campo de Gómara, cerca de Almenar de Soria. Los extensos Altos Campos de Gómara, que abarcan más de 1.050 hectáreas, se visten de girasoles, creando un precioso paisaje alfombrado de amarillo. Te animamos a recorrer los infinitos caminos, rutas y senderos que serpentean a su alrededor.
3. Antequera, Málaga

Continuando nuestro recorrido hacia el sur del país, nos adentramos en la provincia de Málaga, donde podrás maravillarte con los campos de girasoles que adornan su tierra. Uno de los destinos más populares en la provincia es la localidad de Antequera. No te preocupes, son de fácil acceso, están situados entre los sembrados y la carretera de servicios. Aunque la barrera de árboles puede ocultarlos a simple vista, basta con estar atentos para disfrutar de su belleza.
4. Carmona, Sevilla

Los campos de girasoles de Carmona, en Sevilla, atraen a miles de turistas. Durante la floración, los alrededores del municipio se convierten en un mar amarillo. National Geographic los ha destacado como uno de los mejores destinos para admirar este fenómeno natural en Europa, solo superado por los tulipanes de los Países Bajos. Los visitantes pueden disfrutar de esta experiencia sin necesidad de vehículo, paseando entre las más de 74.000 hectáreas de flores.
5. Empordà, Gerona

Los campos del Empordà iluminan el paisaje veraniego con su radiante amarillo. Estas preciosas flores danzan al compás del viento, creando una escena cautivadora. Aquí, la siembra se realiza durante el verano en suelos arcillo-arenosos con buen drenaje. Estas extensas tierras doradas son un verdadero espectáculo para los sentidos y añaden un toque de oro y luz increíble al paisaje.
6. Agaete, Gran Canaria

En el barranco de Guayedra, en el hermoso municipio de Agaete, se encuentra la famosa Finca Redondo de Guayedra, en la que hay un paraíso de girasoles que se ha vuelto viral en Instagram. Con alrededor de 3.500 metros cuadrados de campos llenos de flores que miran al sol, la finca ofrece un clima perfecto donde la primavera parece eterna. Desde allí, se puede disfrutar de impresionantes vistas del Risco de Faneque y del Macizo de Tamadaba, que emulan un paisaje similar a la cola de un dragón en la costa oeste de la isla.
Visitantes de todas partes, locales y extranjeros, acuden a este lugar en busca de su belleza natural, y lo han convertido en un destino popular y muy fotogénico.
7. Cuenca, Castilla-La Mancha

La provincia de Cuenca, en Castilla-La Mancha, es un destino imprescindible para aquellos que buscan admirar campos de girasoles. La localidad de Pinar de Jábaga y sus alrededores brindan una experiencia inolvidable con sus hermosas flores. Recorrer estos paisajes amarillos es una oportunidad única para sumergirse en el entorno natural de la región.
8. Brihuega, Guadalajara

Llegamos a Brihuega, Guadalajara, donde los mantos amarillos se convierten en una atracción fotográfica tan impresionante como sus famosísimos campos de lavanda. En verano, los visitantes descubren su belleza y comparten sus fotos en todas las redes sociales. Si estás en busca de un paisaje encantador y una experiencia visual impactante, aquí tienes una parada obligatoria.
9. Alar del Rey y Frómista, Palencia

En Alar del Rey, el paisaje se transforma en un espectáculo cautivador con sus campos de girasoles y cultivos de cereales. A lo largo del recorrido que va desde el puente de las Cabañas hasta el puente de Requena, que abarca poco más de 6 kilómetros, disfrutarás, además, de acueductos y almenaras. Un contraste perfecto entre el dorado de las flores y los cursos de agua que te acompañarán a tu derecha.
10. Tarancón, Cuenca

En los alrededores de Tarancón, en la provincia de Cuenca, se extienden hermosos campos dorados para placer de los viajeros que recorren la carretera de Valencia. Pequeños y adultos, todos quedan hipnotizados por la belleza de estas flores que se extienden kilómetro tras kilómetro. Comienzan a abundar al pasar Tarancón y continúan hasta Uclés, Segóbriga y La Hinojosa.